El pasado sábado 15 de febrero realizamos por
primera vez una ruta dedicada exclusivamente a las infraestructuras hidráulicas
romanas halladas en Córdoba. Nuestra compañera Belén Vázquez Navajas,
especialista en la materia, fue la encargada de dirigir el itinerario.
Desde su fundación en torno a mediados del
siglo II a. C., los romanos tuvieron claro que
la pervivencia de Corduba
-posterior Colonia Patricia-
dependería en gran medida de un aprovisionamiento de agua continuo. Para ello,
construyeron acueductos que transportaban agua potable hasta diferentes
enclaves de la ciudad: fuentes públicas, termas, propiedades de gran entidad,
etc. Para comprender el funcionamiento de estas instalaciones visitamos los
acueductos conservados en los sótanos de la estación de autobuses y los baños
de la calle Concepción. A lo largo de la mañana tuvimos la oportunidad de
conocer además un par de depósitos hidráulicos del mismo periodo histórico y
que habrían servido también para el abastecimiento de agua, como son la
cisterna encontrada en la avenida de Conde de Vallellano y el depósito
perteneciente al complejo de Cercadilla, situado in loco frente a la antigua estación de tren.
Las redes de saneamiento y evacuación de
aguas fueron igualmente imprescindibles para el correcto funcionamiento de la
urbe. Las cloacas de la calle Antonio Maura dieron buena cuenta de ello, dada
su monumentalidad. Por último, nuestro recorrido finalizó en la principal
corriente de agua de la ciudad: el río Guadalquivir, el Baetis romano, uno de los ejes comerciales más importantes del Mediterráneo
occidental durante la Antigüedad Clásica.